¿Se acuerdan de aquella película de “Un ángel enamorado”? Por aquí en alguna entrada puse la canción del soundtrack, rolón por cierto. Bueno, el caso es que si recuerdan, hay escenas donde los ángeles se van a lugares muy específicos a escuchar la Voz de Dios al amanecer: la playa, la autopista, anuncios espectaculares, etc..
Pero ayer, una ex-condiscípula me hizo recordar algo: mi fascinación por sentarme en lugares altos a ver el paisaje. Teníamos mucho tiempo de no vernos, y no se porque le picó la curiosidad de saber eso. Digo, pudo preguntarme cómo estaba ¿no? :D Es mucho más clásico y ortodoxo.
Dijo que siempre le intrigó que hacia yo cuando me sentaba a ver el amanecer desde el Oratorio del Hispanoamericano (el punto más alto de la escuela) , cuando éramos preparatorianos. Y dijo saber la respuesta: que yo, tal como los ángeles de esa película, me sentaba a escuchar la Voz del Señor.
Francamente, había oído muchas teorías sobre porque esa conducta mía, pero esta es la primera que relaciona lo esotérico con tal comportamiento. Digo, las demás hipótesis involucraban severos traumas emocionales, tendencias al suicidio, incluso búsqueda de Ovnis :D
Pero nadie nunca habló de Dios. Creo que nadie nunca relaciono la fé conmigo. Y no sé si lo escuchaba: nunca oí ninguna palabra en el viento. Pero la paz que te invade cuando miras un paisaje enorme y te das cuenta lo pequeño que eres en comparación del universo, me hace de alguna manera pensar que todo esta bien.
Así que ayer en la noche, cuando regresaba de comprarle un rompecabezas tridimensional a Erick (mentira, lo compré para mi XD) , no puede evitar ver una agujero en la malla del techo del puente peatonal y sonreír malévolamente :)
Supongo, que en algunos años, en alguna velada familiar, alguien contará la anécdota de haber visto un fantasma parado en el techo de un puente peatonal sobre la Av. Central, mirando la Luna llena, tratando de escuchar la Voz de Dios :)
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