miércoles, 5 de septiembre de 2012

Cómo anular a una persona



Les comparto una reflexión que leí en el periódico.
 
Cómo anular a una persona 

El peor daño que se le hace a una persona es darle todo. Quien quiera anular a otro solo tiene que evitarle el esfuerzo, impedir que trabaje, que proponga, que se enfrente a los problemas (o posibilidades) de cada día, que tenga que resolver dificultades.

Regálele todo: la comida, la diversión y todo lo que pida. Así le evita usar todas las potencialidades que tiene, sacar recursos que desconocía y desplegar su creatividad. Quien vive de lo regalado se anula como persona, se vuelve perezosa, anquilosada y como un estanque de agua que por inactividad pudre el contenido.

Aquellos  sistemas que por “amor” o demagogia sistemáticamente  le regalan todo a la gente, la vuelven más pobre entre las pobres.

Es una de las caras de la miseria humana: carecer de iniciativa, desaprovechar los talentos, potencialidades y capacidades con que están dotados casi todos los seres humanos.

Quien ha recibido todo regalado se transforma en un indigente, porque asume la posición de la víctima que sólo se queja. Cree que los demás tienen la obligación de ponerle todo en sus manos y considera una desgracia desarrollarse en un trabajo digno.

Es muy difícil que quien ha recibido todo regalado, algún día quiera convertirse en alguien útil para sí mismo. Le parece que todos a su alrededor son responsables de hacerle vivir bien, y cuando esa “ayuda” no llega, culpa a los demás de su desgracia (no por anularlo como persona, sino por no volverle a dar). Sólo los sistemas más despóticos impiden que los seres humanos desarrollen todo su potencial para vivir. Creen que están haciendo bonito, pero en definitiva están empleando un arma para anular a las personas. (No quiere decir que la caridad de una ayuda temporal no sea necesaria en momentos especiales).

Ana Cristina Aristizábal Uribe
anacauribe@gmail.com

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