martes, 18 de octubre de 2011

UNA LECCIÓN DE AMOR

En una vidriera un letrero decía: “Cachorros en venta”. Esta clase de anuncios siempre atrae a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando:

-¿Cuál es el costo de los perritos?-

El dueño contestó:

-Entre 30 y 50 pesos.-

El niño metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas

-Solo tengo 2 pesos y 37 centavos . . . ¿puedo verlos?-

El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo , seguida de cinco perritos. Uno de los cachorros estaba quedándose considerablemente atrás. El niñito, inmediatamente, señaló al pequeño rezagado que cojeaba:

-¿Que le pasa a ese perrito?- preguntó.

El hombre le explicó que cuando había nacido, el veterinario le había dicho que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida.

El niño se emocionó mucho y exclamó:

-¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!

El hombre replicó

-No vas a comprar a ese cachorro; si realmente lo quieres, yo te lo regalo-

El niño se disgustó mucho, y mirando a directo a los ojos del hombre, le dijo:

-Yo no quiero que usted me lo regale, el vale tanto como los otros perritos, y le pagaré el precio completo. De hecho, le voy a dar mis 2 pesos con 37 centavos ahora, y cada mes 50 centavos, hasta que lo haya pagado por completo.-

El hombre contestó:

-En verdad, no querrás comprar ese perrito hijo. Él nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos.

El niño se agachó, se levantó el pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo:

-Bueno, yo tampoco puedo correr muy bien, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda.-

El hombre ahora estaba mordiéndose el labio y sus ojos se llenaron de lágrimas. Sonrió y dijo:

-Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú-

Todos tenemos derecho a ser amados, a pesar de no ser perfectos, teniendo el mismo valor que los demás. Parte de la esencia humana, es amar aquello que no es perfecto, sino susceptible de ser perfectible. Ama a las cosas como son, y verás lo que son capaces de ser. Una humana y amorosa lección, en verdad.

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