jueves, 17 de enero de 2013

NO TENGAS PRISA POR CRECER

 

Si tuviera que darles un consejo a los niños, sería algo que he leído hace poco y que es de autor anónimo. He aquí la traducción:

“El refresco se convierte en vodka. Las bicicletas se cambian por coches. Los besos se convierten en sexo.

¿Recuerdas cuando los hombros de papá eran el lugar más alto de la Tierra y mamá era tu heroína?

¿Recuerdas cuando los problema de una carrera eran solo que te habías raspado las rodillas, y cuando los ‘Adiós’ en realidad eran un ‘Hasta mañana’?

Y no podíamos esperar para crecer”

En un mundo vertiginoso, la inocencia no dura mucho. Consérvala. Aprovéchala. Los tiempos simples no serán eternos, no hay prisa por crecer.

Niño no serás siempre, pero tienes el resto de tu vida para ser adulto.

Disfruta cuando la felicidad es un dulce después de comer, cuando el día más triste es el día que no transmiten tu programa favorito.

Disfruta que el lugar más seguro de la Tierra son los brazos de tus padres. Disfruta la espera de ver que te va a traer Santa Claus y los Reyes Magos. Disfruta que tus amigos de la escuela discuten acerca de quién es el mejor jugador de tazos, y esos domingos que entras casi de madrugada saltando a la cama de tus papás para meterte en la cama entre ellos a ver la televisión.

No hay prisa por crecer. De veras, puedo asegurártelo.

Tienes toda la vida para ser adulto, pero sólo unos cuantos años para disfrutar la inocencia de tu niñez.

Anda, ve y diviértete.

Y si eres adulto y estás leyendo esto, anda a divertirte también con tus niños. Porque tú mejor que nadie sabes, que no serán niños por siempre.

Risa

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