martes, 5 de octubre de 2010

LOS HOMBRES BUENOS NO GANAN MEDALLAS

Ayer recordé a Oscar. Creo que es uno de los mejores hombres que he conocido. Noble, serio, muy responsable, callado. Las mujeres enloquecían por él. Tenía esa aura que invita a la introspección, o sea, les fascinaba tratar de adivinar qué estaba pensando.

De sonrisa amable, era casi imposible hacerle enojar. Y miren que lo intentábamos a diario.

Recuerdo el día que se enamoró de ella. Las pláticas que tuvimos acerca del amor, la fidelidad y de sus planes a futuro.

También, el día que descubrió que la mujer que amaba tanto le engañaba. Su decepción, su coraje, su enorme frustración. Tratando de encontrar respuestas en todos nosotros, que no podíamos darle ninguna. Dentro de nuestro estupor, tampoco acertábamos a decir palabra alguna que le proporcionará consuelo, salvo las naderías convencionales. No te apures, ella no te merece, vas a ver que ella regresa a pedirte perdón.

De sobra esta decir que ella nunca regresó. Oscar no fue el mismo después de aquel incidente.

Después, otro de mis amigos: el buen X. Caray, mejor compañero no hay. Alegre, noble, simpático, siempre con el chiste a flor de labios, dispuesto con la palabra amable, con la acción justa, la medida precisa de alegría y espontaneidad.

Tan feliz el día que anuncio que se casaba y sería padre. Irradiaba felicidad. Honestamente, yo no la compartía. Mis razones tenía.

Mismo caso. A veces lo veo, y se me estruja el corazón de pensar, como visualizaba su futuro. Como él ya tenía todo lo que quería: una familia, un hogar, razones por las cuales levantarse por las mañanas. Y un día termina con la casa vacía, con el alma fuera del cuerpo, mirando al horizonte con lágrimas en los ojos, preguntándose en qué momento se le fue de las manos todo.

Ambos casos, de entre muchos similares, me recuerdan una cosa. No se puede ser 100% bueno. Esa actitud te conduce a un patíbulo incendiario de emociones. Creo que la malicia, ser un tanto recio es necesario. Si no, terminas con otro tipo dando ese 10% de maldad que a ti te falta.

Eso lo tengo a prueba. Después pasaré mis conclusiones al respetable. Pero tengo muy poco en duda el resultado de tal análisis . . .

Simplemente, los hombres buenos no ganan medallas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario