Dentro de la vida del hombre, hay muchas buenas historias que contar. Según Tim Burton en Big Fish (se las debo, ví la película, más no leí la novela), un hombre se convierte en sus historias y trasciende con ellas.
Y una de las que mas he oído o me han contado, empieza con un “Güey, conocí a esta vieja/güey. . . .”
La primera vez que yo use esta frase, fue hace tanto tiempo, cuando el mundo y yo éramos mas jóvenes y conocí a J. Recuerdo que ese día, camine cerca de 5 kilómetros (que pasaron volando), me aprendí el camino a su casa (siendo que soy muy mal orientado para todo) y terminé quemándome las manos en la parrilla de unos tacos por soñar despierto XD.
Pienso que con el tiempo, vamos perdiendo esa magia. Como que se trivializa el hecho de conocer a alguien nuevo que te llame la atención, se vuelve común, algo tan repetido, que se pierde el aprecio o la dimensión del suceso. No sé si con el hecho de ir creciendo vas domando tus emociones para no demostrarlas (lo cual le daría ventaja al otro involucrado :-) ) o simplemente, vas tomándole menos importancia. O para pronto, yo estoy sobrevaluando esta impresión, lo cual, también podría ser: D
¿Y porque salió a colación este tema? Porque ayer Juan Carlos, un escuincle de 16 años que tenemos de mensajero aquí, confundió dos direcciones de entrega, se equivocó a la hora de entregarme mi correo y se estampó con la puerta de vidrio que cierra el área de Diseño.
Y cuando le pregunté que demonios le pasaba, si se drogaba o que tenía, se sentó en la silla de las visitas, me miró a los ojos y dijo: “Güey, es que conocí a esta vieja. . . ” XD
Y una de las que mas he oído o me han contado, empieza con un “Güey, conocí a esta vieja/güey. . . .”
La primera vez que yo use esta frase, fue hace tanto tiempo, cuando el mundo y yo éramos mas jóvenes y conocí a J. Recuerdo que ese día, camine cerca de 5 kilómetros (que pasaron volando), me aprendí el camino a su casa (siendo que soy muy mal orientado para todo) y terminé quemándome las manos en la parrilla de unos tacos por soñar despierto XD.
Pienso que con el tiempo, vamos perdiendo esa magia. Como que se trivializa el hecho de conocer a alguien nuevo que te llame la atención, se vuelve común, algo tan repetido, que se pierde el aprecio o la dimensión del suceso. No sé si con el hecho de ir creciendo vas domando tus emociones para no demostrarlas (lo cual le daría ventaja al otro involucrado :-) ) o simplemente, vas tomándole menos importancia. O para pronto, yo estoy sobrevaluando esta impresión, lo cual, también podría ser: D
¿Y porque salió a colación este tema? Porque ayer Juan Carlos, un escuincle de 16 años que tenemos de mensajero aquí, confundió dos direcciones de entrega, se equivocó a la hora de entregarme mi correo y se estampó con la puerta de vidrio que cierra el área de Diseño.
Y cuando le pregunté que demonios le pasaba, si se drogaba o que tenía, se sentó en la silla de las visitas, me miró a los ojos y dijo: “Güey, es que conocí a esta vieja. . . ” XD
¡Qué bonita historia! Chale, me hiciste pensar... y sentir. Qué raro...
ResponderEliminarY con los años te da mucho mucho miedo... porque lo cuentas emocionado, a la vigésima vez que sucede, y que todo mundo te pregunta qué pasó con ... quieres que te trague la tierra. Por eso, mejor esperar... a que cuajen las cosas. O no lo sé.
Creeme, no sabes como envidié a este chavo. A su edad lo más divertido es querer con todo el corazón, aunque no sea eterno, sin temer a nada :). Como dices, ya con los años, viene ese canijo miedo :(
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