viernes, 19 de noviembre de 2010

GATTACA O MI EXPERIMENTO GENÉTICO

Recuerdo cuando vi esta película, me llamó la atención la premisa. Para aquellos que no la hayan visto, se basa en esto: la concepción de un bebé ya no es por vía natural, sino se basa en seleccionar las características más deseables de los padres, eliminando las posibles enfermedades y uniéndolo todo en un feto.

De tal manera que tenemos un mundo dividido en dos clases. Los Válidos, aquellos creados por selección genética, y los No-Válidos, nacidos de la vía natural. Los primeros son aceptados en cualquier empleo. Los segundos, son relegados a tareas de limpieza, por su falta de pureza de ADN.

Dentro de ese panorama, tenemos a dos hermanos, uno Válido y uno No-Valido. Y en la lucha por la vida, en una competencia de natación, el No-Valido se impone en una carrera de ida y vuelta a la playa a su hermano Válido. Cuando este último pregunta como lo hizo, el primero responde “Porque jamás guardé energías para regresar”. Simplemente, se esforzó porque no tenía un mañana asegurado. Algo que su hermano sí tenía.

Comentando esta película con un amigo, me dijo que era un final lógico y predecible. “No te van a decir que gana el superior genético. Eso sería un mensaje políticamente incorrecto. Aunque ambos sepamos que ganaría el más fuerte.” Debo confesar que me sorprendió su comentario.

Por una parte tenía razón. El final era políticamente correcto. Por otro, yo pensaba que la voluntad y el espíritu humano del No-Válido era una muestra digna de admirarse. Ejemplos de coraje y pelea contra la adversidad deben ser mostrados a nuestra sociedad.

Luego. El sábado después de ver la pelea de Manny Pacquiao, estaba sentado yo en un taquería, mirando en la televisión el foro La ciudad de las ideas. Me toca presenciar la ponencia de Sean Stephenson. Un hombre que a lo sumo medirá 90 cm. Necesita desplazarse por silla de ruedas. Tiene osteogénesis imperfecta y fue pronosticado a no sobrevivir 24 horas al nacer. Y helo aqui, una muestra de lo que es vivir a pesar de todo. Resume su mensaje en esto: “Vive la vida plenamente. Deja de sabotearte”

Recordé a mi tío, aquel que perdió una pierna por la diabetes. No se dio por vencido. Hoy camina con su prótesis y platica con gente que ha tenido recién la experiencia de perder algún miembro.

Hellen Keller. Sorda y ciega, aprendió a leer y escribir, haciendo una carrera en la universidad de Radcliffe. Oscar Pistoriuos, nacido sin peronés ni tobillos, amputado a los 11 meses de nacido. Hoy pide correr contra velocistas no paralímpicos en los Juegos Olímpicos, después de pulverizar los records de velocidad. Infaltable, Stephen Hawking, una de las mentes más poderosas de nuestros tiempos, dotado con la enfermedad de esclerosis lateral amiotrófica. Con su “Breve historia del Tiempo”, revolucionó la manera en que concebimos el Universo. Y todo lo lograron anteponiendo su espíritu a su condición carnal.

Con ejemplos como estos, resulta difícil creer que sólo somos el máximo de lo que nuestros genes pueden proporcionarnos. Que no somos más que una sublime combinación de Citosina, Guanina Timina y Adenosina revuelta en una secuencia de ADN. Gran parte de lo que somos, nos lo da nuestra experiencia, nuestra capacidad de aprender de ella y trascenderla.

Fuera del trasfondo de un Dios creador, yo creo en la voluntad y el espíritu humano. Soy su fan.

Y eso es lo que creo que tiene toda la gente anteriormente mencionada. Una enorme voluntad. Un poderoso espíritu humano.

Esas son cualidades dignas de admirar. Por lo menos, para mí.

Por ende, cultivémoslas. Porque espontáneas no brotan, sino que son fruto del esfuerzo diario, que a veces nos dan las adversidades o de nuestros esfuerzos diario por ser mejores.

Voluntad y Espíritu. En definitiva, una combinación ganadora. Más allá de la limitación de nuestro genoma.

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