jueves, 11 de febrero de 2010

UN CARRO, DOS AUTOMOVILES, TRES COCHES . . .

Conozco gente que les fascina manejar. Se siente uno con su auto, y es de subrayar que su personalidad se trasmina al mismo. Yo supongo que por eso, mi Insomnio es como yo: un automóvil sui generis :-D

A mí no me gusta manejar. Lo hago por una necesidad básica de movilidad y comodidad, porque, si alguien me asegurará un lugar cómodo y seguro para viajar en el transporte público, créanme, no manejaría :-)

Pero como eso sólo sucede en urbes civilizadas y yo soy un humilde mexiquense, manejo, qué más da. Y en esta semana, con la inundación del Circuito Exterior Mexiquense, el norte del área metropolitana ha sido un total y absoluto caos vial.

Hoy, nada menos, llevaba una hora virtualmente estacionado frente al Oxxo que está junto a la PGR, sobre la vía Morelos. Mejor, estacioné al Insomnio (ahora sí en el estacionamiento oficial :-)) en el Oxxo, compré un cappuccino light y un sándwich. Me senté en la defensa del vocho y me dispuse a desayunar.

Mirando a la gente en los coches, comencé a imaginar historias:

  • La chica del Chevy Azul, que se pinta los labios nerviosamente con mano temblorosa, piensa que ha dejado la caja chica de la empresa sobre el escritorio. Son las 7:59 , y llegará su jefe, el cual encontrará la caja fuera de la bóveda, lo cual ocasionará un regaño hacia ella.
  • El mal encarado del Stratus Plata, viene pensando que hará con la colegiatura de sus hijos, ahora que ya no hay esa entrada “extra” en la empresa, porque la concesión de suplementos para offset les ha sido retirada. Elucubra que sucederá, ahora que sólo puede pagar dos colegiaturas, y tiene tres hijos . . . ¿Cómo escoger entre ellos?
  • Las dos mozuelas de la camioneta que va a metro Moctezuma, ríen felices, comentando entre ellas que piensan que le regalará el novio a una de ellas este domingo, y la otra comparte su zozobra de que si “aquel güey” la invitará al cine o no. Ríen, del poco ánimo y la timidez de ese muchacho, “que lo hace tan adorable”, mientras el resto de los pasajeros disimula una sonrisa, recordando los tiempos mozos en que ellos se hacían las mismas preguntas.

Mientras engullo el último trozo de sándwich, pasa un Volkswagen Sedán, con una niña observando desde el asiento trasero. Me mira, sonríe, y me muestra su oso de peluche :-)

8:20 a.m. Todo esta bien en el mundo. Vámonos a trabajar.

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